3. Contexto mundial: la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (WSIS) de las Naciones Unidas

La Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (WSIS) en realidad consiste en una serie de conferencias mundiales que se iniciaron en París y Ginebra en el 2003 y que continúan hasta la actualidad. En el momento de escribir estas líneas, la última tendrá lugar en Ginebra en el 2018.

En estos encuentros, se intenta llegar a un consenso sobre las necesidades y carencias a la hora de desarrollar una sociedad de la información que llegue a ser realmente inclusiva, respetuosa de los derechos humanos y que ayude a la reducción de las desigualdades. La capacitación digital tiene una importancia capital en estas discusiones y, además, hay que destacar que se hace desde un contexto mundial: evidentemente, las necesidades de Senegal o la India, cuando se habla de inclusión digital, son muy diferentes de las que se plantean desde la Comisión Europea y su Agenda Digital.

Uno de los aspectos más innovadores de estos encuentros ha sido la participación de la sociedad civil, que hasta ahora no había estado presente de manera significativa en ningún foro sobre el tema, puesto que normalmente estas cumbres están abiertas solo a los gobiernos y el sector privado. No es menos cierto que esta participación de la sociedad civil no resulta tan satisfactoria como muchas ONG hubieran querido, pero se trata de un paso adelante.

Las dos primeras cumbres, la del 2003 en París y Ginebra y la del 2005 en Túnez, se consideran las más importantes, puesto que en las mismas se consensuaron los dos documentos clave para guiar el desarrollo de la sociedad de la información a escala mundial: incluye una declaración de principios, detallando cómo se quiere que sea esta nueva sociedad, y un plan de acción especificando cómo se podría conseguir. Las otras conferencias se han ido orientando más a evaluar la aplicación de estos principios y acciones, así como a su mejora, continuidad y efectividad.

La Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información no ha sido, ni mucho menos, una iniciativa aislada, sino que está claramente conectada a otras iniciativas anteriores, como las cumbres contra el hambre o la cumbre de la sostenibilidad ambiental. De hecho, la cumbre del 2018 conectaba los principios y acciones de los documentos clave con los hitos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas.

A continuación, recogemos aquellos artículos que tienen más relevancia en relación con la inclusión digital:

  • El artículo 10 de esta declaración advierte del peligro de la brecha digital, y más específicamente, los artículos 13, 14 y 15 establecen la necesidad de poner una atención especial en los colectivos en riesgo de exclusión, que son todavía más vulnerables a la brecha digital.
  • El artículo 17 defiende la necesidad de una solidaridad digital para enfrentarse al peligro de analfabetismo digital, insistiendo en que la solución tiene que salir desde la responsabilidad y la participación conjuntas de gobiernos, sector privado y sociedad civil.
  • El artículo 24, uno de los más relevantes, defiende la necesidad de crear un rico repositorio de contenidos digitales educativos de carácter público y abierto.
  • El artículo 29 argumenta a favor de la capacitación digital, incluyendo también buena parte de las cuestiones que hemos analizado desde la perspectiva del desarrollo de competencias digitales.
  • Los artículos 35 y 36 tratan sobre la seguridad informática, pero hay que decir que la redacción es bastante ambigua, puesto que en el texto se dice que se reserva el derecho de recortar el acceso universal y la libertad de expresión en contextos «inconsistentes con el objetivo de mantener la estabilidad y seguridad internacionales».
  • El artículo 37 habla del correo basura y de la necesidad de crear leyes nacionales e internacionales para regularlo.
  • El artículo 48 es uno de los artículos clave. Pide una gestión internacional de internet que sea «multilateral, transparente y democrática». Dado que internet es un fenómeno global, tiene sentido que su control también sea global y no nacional.
  • Los artículos 53 y 54 destacan la necesidad de defender la diversidad cultural y lingüística también en la Red.
  • El artículo 56 defiende la infusión de valores éticos como «libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia, responsabilidad compartida y respeto por la naturaleza».
  • El artículo 61 defiende internet como un instrumento clave de solidaridad para hacer más factibles los objetivos de la declaración del milenio.

Algunos recursos de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información son los siguientes:

El plan de acción es el documento clave de la Cumbre. Vendría a ser como un tipo de Declaración de Lisboa, pero de alcance mundial, que tiene que establecer los objetivos que hay que lograr en un futuro cercano para asegurar una sociedad de la información realmente inclusiva. Como mínimo, se trata de un plan de acción ambicioso. Así, se espera «asegurar que el acceso a las TIC esté al alcance de más de la mitad de los habitantes del planeta», con una «atención especial para las necesidades de los países en vías de desarrollo».

Este plan de acción tiene varias líneas de acción marcadas desde C1 a C10, que se van revisando y adaptando en cada nueva cumbre:

  • C2 se ocupa de las infraestructuras; pide que se tengan siempre en cuenta los grupos en peligro de exclusión a la hora de desarrollar las estructuras.
  • C3 toma las ideas del artículo 24 de la Declaración de Principios para crear un repositorio libre de contenidos educativos, desarrollando servicios públicos y abiertos de archivos y bibliotecas.
  • C4 es la línea más relevante, puesto que habla precisamente de capacitación digital. Recordad que, más allá del acceso a infraestructuras y la alfabetización funcional, hay que construir capacidades, hacer que las TIC sean un instrumento para acceder a la información y poderla utilizar para mejorar la vida de las personas, asegurar que los jóvenes dispongan de la capacidad de analizar y tratar la información de manera creativa e innovadora, y que puedan intercambiar sus experiencias y participar plenamente en la sociedad de la información.

La financiación de este programa es, sin duda, el punto clave para su desarrollo. Por un lado, este plan de acción apela a la movilización de recursos según el Consenso de Monterrey; es decir, destinar el 0,7 % del producto interior bruto a los países en vías de desarrollo. En paralelo, se pide un grupo especial de la ONU que analice, precisamente, la mejor manera de desarrollar y gestionar las inversiones en TIC.

Quizá el planteamiento de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información es excesivamente generalista, pero hay buenas ideas y merece la pena estudiarlas detenidamente.

Puede ser interesante visitar regularmente la web de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, para seguir su desarrollo.