3.2. Centros de capacitación digital
3.2.3. El telecentro
¿Qué es?
Puede ser definido por la tarea a la que va destinada, la inclusión electrónica y la mejora de las competencias digitales o bien, como hace la red Punto TIC catalana, haciendo referencia a lo que nos encontraremos dentro: espacios habilitados para acoger ordenadores, periféricos y software, que con el apoyo de una o varias personas facilitan a la ciudadanía el acceso a la sociedad de la información.
Recordemos que los puntos Òmnia son telecentros de la Red Òmnia de Cataluña que, además de todo lo anterior, participan junto con el resto de los dispositivos del territorio en la consecución de los objetivos de integración y cohesión social de la población de su entorno. Por lo tanto, son importantes para los profesionales de la educación social, puesto que tienen un carácter más social que el resto de los telecentros.
Un telecentro puede ser de titularidad pública o privada, a pesar de que es difícil encontrar estos últimos en territorios donde la Administración ha asumido la inclusión electrónica como un derecho ciudadano o, simplemente, la importancia de las competencias digitales de los ciudadanos para el desarrollo económico y social. Pueden ser municipales, comarcales, regionales, nacionales, etc.
Si no está financiado por una Administración, tendrá que implementar estrategias de sostenibilidad económica para subsistir. En el caso de compartir territorio con telecentros públicos, deberá ofrecer obviamente servicios de valor añadido (impresión, equipamiento avanzado, gestión, etc.).
En el video siguiente, podréis ver una interesante reflexión sobre la sostenibilidad de los telecentros:
¿Cómo es un telecentro?
Estará instalado en el territorio donde quiere conseguir sus objetivos, física y relacionalmente. A menudo, se inserta en equipamientos multiusos (centros cívicos, hoteles de entidades, etc.) con la intención de incrementar su potencial como polo de atracción vecinal. Esta idea es especialmente importante en barrios deteriorados donde los telecentros de cariz social pueden tener una función dinamizadora importante.
El telecentro, especialmente en una primera fase de implantación, se encargará de dar a conocer el servicio entre las entidades, servicios y personas del territorio y favorecer las primeras sinergias.
Físicamente, debería tener implementados criterios de accesibilidad y comodidad para el usuario, y si puede ser, también de sostenibilidad ambiental. Espacio suficiente para todos los equipos y zona de trabajo en grupo (por ejemplo, para dinámicas con móviles). Paneles para colgar información y armarios donde guardar la documentación generada y los aparatos que no estén en uso. Mobiliario ergonómico, Iluminación suficiente y no reflectante, climatización. Y equipamiento educativo: pizarra (digital o no) y/o proyector, aparte de material fungible.
El equipamiento tecnológico partirá de un buen cableado (con abundancia de enchufes) y conexiones a internet potentes (con Wi-Fi de libre acceso). Multifunción (fotocopiadora, escáner e impresora), auriculares y micrófonos, cámara de vídeo/foto. Entre 8 y 15 estaciones de trabajo con una potencia adecuada, además de la persona dinamizadora social digital. Sería interesante ir incorporando gadgets sobre las nuevas tecnologías que vayan apareciendo (impresoras 3D, robots, etc.).
Reflexión
Reflexionad sobre los telecentros sin PC, solo con un espacio donde lleven sus dispositivos los usuarios y una buena conexión.
En cuanto al software, dependerá de lo que en aquel momento se consideran como competencias básicas para la ciudadanía (concepto que va cambiando constantemente).
El día a día en un telecentro
Una vez pasado el momento de implantación, caracterizado por los contactos con el territorio, habrá que pasar al día a día.
En función de varios requerimientos (podéis ver el apartado «Concreción: la acción de dinamización social digital»), el telecentro tendrá un calendario de acciones que pueden incluir formativas, extraordinarias, de acceso libre, de gestión interna, visitas, formación interna, etc.
Estas acciones habrá que publicitarlas por diferentes medios internos (cartelería, buzoneos, webs y redes propias) y externos en coordinación con el equipamiento, entidad o administración de la que se dependa (boletín municipal, webs y redes locales, etc.).
Habrá habilitado un tiempo de inscripción de usuarios. Esta información se archivará siguiendo los protocolos existentes en aquel territorio.
La fase de implementación de las acciones coincidirá con el calendario previo y finalizará con la certificación de la formación hecha por el usuario. Finalmente, la evaluación nos permitirá emitir informes periódicos con los resultados y elevarlos allí donde haga falta.