2. Exclusión e inclusión digital

2.3. La inclusión digital

La UE define la inclusión social de la manera siguiente:

«Proceso que garantiza que aquellos que están en riesgo de exclusión social obtengan las oportunidades y los recursos necesarios para participar de forma plena en la vida económica, social y cultural y que pueden disfrutar de un estilo de vida que se considera normal en la sociedad en la que viven. Esto garantiza que tengan más participación en las decisiones que afectan a sus vidas y en el acceso a los derechos fundamentales.»

European Council (2004). Joint Report by the Commission and the Council on social inclusion.

Una de las cuestiones más importantes para favorecer la inclusión digital de las personas tiene que ver con las acciones y políticas de educación. En el marco del proceso «Educacion y Formación 2020» del Plan de Acción de la Unión Europea para la Educación Digital, se identifican tres objetivos básicos para favorecer la inclusión digital:

  1. Aprovechar las potencialidades de las TIC para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
  2. Desarrollar las capacidades digitales, tanto para la vida cotidiana como en el entorno profesional.
  3. Mejorar la educación gracias a la mejora del análisis de datos y de las previsiones.

Asimismo, la inclusión digital la podemos entender desde una doble perspectiva:

  1. Una primera lectura deriva de la misma definición sobre exclusión digital. En este sentido, entenderemos el proceso de inclusión digital como aquel que permite a las personas disfrutar de todos los derechos y todas las oportunidades derivados del acceso y uso de las TIC.
  2. En una segunda lectura, podemos ver la inclusión digital desde una perspectiva de acción social con el apoyo de las TIC. Es decir, emplear las TIC para promover la cohesión y transformación social.

También es necesario destacar que la crisis de la Covid-19 ha conllevado un uso a gran escala de la tecnología, especialmente en el ámbito de la educación y la formación. Por eso la UE ha establecido un nuevo Plan de Acción de Educación Digital 2021-2027 que contempla dos prioridades clave: 1) fomentar el desarrollo de un ecosistema educativo digital de alto rendimiento. 2) Perfeccionar competencias y capacidades digitales para la transformación digital.

La UNESCO, en su documento «Digital Skills for life and work» del 2017, hace una serie de recomendaciones para que las intervenciones educativas para favorecer la inclusión digital sean efectivas. Algunas de las recomendaciones más destacadas son:

  • Asegurar la inclusión digital a partir de acciones formativas en el currículo escolar y desarrollar acciones informales fuera de las escuelas.
  • Facilitar la capacitación digital en las estrategias de fomento del trabajo y ocupabilidad.
  • Incidir tanto en las competencias digitales «blandas» (saber emplear la tecnología) como en las «duras» (que incluyen aspectos de programación, por ejemplo), así como las competencias complementarias (como por ejemplo la adaptabilidad, el trabajo en equipo, etc.).
  • Incidir en las políticas de capacitación digital de grupos en riesgo de exclusión social.
  • Mejorar la capacitación digital de los profesores y maestros.
  • Desarrollar indicadores de rendimiento de las acciones y políticas formativas.

Las variables e indicadores para evaluar la inclusión digital generalmente tienen en cuenta: el acceso a servicios digitales básicos, las infraestructuras en TIC, las acciones de formación digital, las habilidades digitales, las características individuales, la motivación y percepción o los agentes y servicios de apoyo. Recordad los índices que hemos mencionado al principio del módulo, en relación con los indicadores nacionales y europeos sobre la sociedad de la información. De cualquier manera, las acciones de capacitación y formación, objeto de esta asignatura, constituyen un elemento clave para garantizar la inclusión digital.